Desserts

Cupcakes de Vainilla

 

Hace unos días mi sobrina cumplió 2 añitos, y para celebrar la gran ocasión, preparé unos cupcakes de vainilla rellenos de Nutella, cubiertos con Swiss Merengue Buttercream.  Para mi familia soy la "bizcochera oficial", título ganado luego de haber mantenido por más de un año Indulge Atelier.  Por motivos personales, abandoné por un tiempo el negocio.  Otros aspectos de mi vida abarcan ahora mis horas.  Todo en la vida tiene un propósito, quizás un cambio de rumbo es lo que necesitaba.  Que no siga con mi negocio de postres y bizcochos no significa que me haya alejado completamente de ellos.  Tengo muchos planes todavía y sé que los voy a realizar.  Mientras tanto, continúo con este blog que llena ese vacío de cocinar y crear.
Estos cupcakes son preparados con una receta básica que "White Cake", son fáciles y se pueden adaptar a todo tipo de relleno y cubierta.  Aun recuerdo mis días de locuras y las ordenes de más de 300 o 400 cupcakes, todos personalizados, o la vez que horneé 200 galletitas en forma de estrellas con royal icing (porque lo hacia? estaba loca? jaja) o la vez que tooodaa mi familia me tuvo que ayudar con una orden de 500 mini cakes con pasta laminada, empacados claro está, o la vez que hice 350 cake pops?....que muchos días lloré porque creía que no iba a lograr terminar las ordenes, pero siempre terminaba, siempre habían "manos celestiales" que daban ayuda.
La vida a veces se nos complica, pero muchas veces somos nosotros mismos quienes la complicamos... Simplificar, esa es la palabra, debemos simplificar en la vida, hacer lo que nos gusta, pero no sufrir por ello y nunca abandonar los sueños.  Lo sueños son como los niños, crecen cada año con nosotros, cambian, maduran y hasta se multiplican...lo importante es cuidarlos, no abandonarlos.
Bueno, ahora a la receta, estos cupcakes los rellené de Nutella, pero pueden ir rellenos de lo que más te guste, queso crema, guayaba, jaleas, ect...El frosting es mi favorito, Swiss Merengue Buttercream, adaptado para el calor (lleva menos mantequilla).  Los decoré con unas estrellitas hechas en pasta laminada y pintadas con "Luster Dust" dorado en honor a la estrellita Amaia y sus 2 añitos.
Cupcakes de Vainilla rellenos de Nutella
18 cupcakes aprox.
1 taza de leche (temperatura ambiente)
3/4 claras de huevo (aprox 6 huevos grandes)
2 cucharaditas de vainilla
1 cucharadita de almendra
2 1/4 tazas de harina "Self Rising" (cernida)
1 3/4 tazas de azúcar
12 cucharadas (1 1/2 barra) de mantequilla, temperatura ambiente. (no derretida, debe estar suave al tacto)
1- Calienta el horno a 350 grados.  Pon cupcakes liners en la bandeja de hornear cupcakes.
2- Vierte la leche, las claras y los extractos en una taza de medir líquidos y bate con un tenedor hasta estar bien unidos.
3-Mezcla la harina y el azúcar en una mezcladora a velocidad lenta.  Añade la mantequilla, continua batiendo hasta que veas que se forman como unos "crumbs"
4-Añade la mitad de la mezcla de las claras a la mezcla de la harina y bate a velocidad alta por un minuto y medio.  Añade el restante de las claras y bate por 30 segundos.  Limpia los lados del bowl de la batidora con una espátula y vuelve a batir por 20 segundos.
6- Divide la mezcla en la bandeja de cupcakes con los cupcakes liners y hornea por 15 a 20 minutos o hasta que al insertar un palillo en un cupcake, este salga limpio.
Swiss Merengue Butter Cream
8 claras de huevos
2 tazas de azúcar
3 barras de mantequilla
1 cucharada de vainilla
Limpia el bowl de la mezcladora para asegurar que este libre de grasa.  Coloca en el Bowl los huevos y la azúcar.  Llena una olla con un poco de agua, lo suficiente para formar un baño de maría, de un tamaño que cuando pongas el bowl en la olla el mismo no toque el fondo.  Pon el agua en "simmer" no a hervir, coloca el bowl con las claras y la azúcar batiendo constantemente hasta que la azúcar se disuelva en las claras y la temperatura llegue a 140 grados (termómetro para dulces).
Coloca el bowl en la mezcladora y bate con el "whisk" hasta que veas que se forme una mezcla satinada y espesa y el bowl este frío.  Si sientes que el bowl aun esta caliente, colócalo en la nevera unos minutos.  Cambia al mezclador de paleta y bate nuevamente, añadiendo la mantequilla poco a poco en pedacitos.  La mantequilla puede ser fría de nevera (en climas calientes es mejor esta opcion).  Luego de que la veas espesa, vierte el extracto y mezcla por unos minutos más.  Puedes luego añadir el color deseado.
Coloca el buttercream en una manga para frostear con una punta de estrella y frostea los cupcakes....
Buen Provecho!!

 

De mi Abuela y el dulce de Grosellas...

 

Este post es bastante personal, quizas demasiado.  Más que una receta, este recorrido de sabores son memorias de lo más profundo de mi corazón.  Hace unos días compartíamos en casa de mi abuela como hace mucho no haciamos.  Estábamos todos los nietos y bisnietos, los de aquí y los que ahora viven en "gringolandia", mis amados primos Washingtoneros!!! Que viva DC y Virginia!!!, jeje.  Sentada en un sillón observaba como nuestros hijos jugaban juntos en el mismo lugar donde un día nosotros los nietos de Doña Virgen jugabamos, dónde nos bañaban con la manguera para economizar tiempo pues eramos muchos.  Mi abuela se casó con mi abuelo a la tierna edad de 16 años y a esa temprana edad parió su primera hija, mi madre.  Antes las cosas eran distintas, mi abuelo, un mécanico diesel, estudio en Nueva York y según me cuenta mi primo (estas historias de familia nunca están claras) mi abuelo iba y venía de Nueva York, pero encargaba un hijo antes de irse.  


Mi abuela crió a sus 4 hijos en un barrio humilde de Bayamón, la casa la construyo mi abuelo con sus propias manos, diseño el balcón de la casa para que tuviera vista al norte pues él decía que por ahí pasaría un expreso, y efectivamente así fue.  Mi abuelo trabajó toda su vida como mecánico en Las Piedras Construction y puso su grano de arena en todos los expresos que hoy comunican a pueblos lejanos.  La casa es de dos plantas y cada nieto tiene su historia con ella, desde correr por el alero a ver quien se atrevía, jugar con los perros del barrio que eran como de nosotros, perdernos en el patio que era como una selva llena de sorpresas.  Yo tengo mil gratos recuerdos de esa casa y de mi abuela, una gran mujer que sin estudios crió a sus hijos, nietos y bisnietos, con una gran creencia en Dios, en los valores morales y en el amor al prójimo.  

Lo más que me gustaba de la casa era la gran variedad de arboles frutales, quenepa, guanábana, mangó, aguacate, papaya, limones, panas, jobos, mis amadas pomarrosas...ahh, ese árbol de mi fruta favorita, que sólo nace una vez al año, llenaba todo su alrededor de un olor perfumado y el suelo se vestía de rosa con las hojas de las flores que lloraba, era un sueño (hasta que vino Hugo y lo daño todo).  Por último y no menos importante, las grosellas. Las grosellas eran como ese dulce amargo que no puedes dejar de comer.       


Me encantaba mirar el palo, recoger las grosellas y llevarselas a abuela para que me hiciera dulce.  No es tan común ver un arbol de grosellas por ahí, pero en dónde vive abuela habian varios, incluso una de las vecinas, Doña Sabina, también tenía, pero los de ella formaban como un camino secreto, por ahí me escapaba con los vecinos a buscar grosellas y a ver dónde nos perdíamos....que tiempos aquellos!!

Hoy quiero recordar a mi abuela, que es mi mayor admiración, espero que me dure muchos años más, pues es pilar de toda la familia, 4 hijos (2 que en Paz descansen), 6 nietos y 5 bisnietos...con este dulcesito de grosellas, voy recordando un dulce pasado y un mejor porvenir...


 Adaptada de la receta de mi abuela
2 tazas de grosellas
1 taza de agua
1 1/2 taza de azúcar (yo sustituí por azúcar Turbinado)
1 Cucharada de canela en polvo
1 Cucharada de anis en polvo
 Lave las grosellas, ponga a hervir el agua junto con las grosellas por unos minutos,  saquelas y escurralas.  En la misma agua que estaba hirviendo vierta la azúcar y las especies, y deje espesar.  Por último, eche las grosellas en la holla y mueva constantemente hasta ver que las grosellas ablanden y el almibar esté espeso. No hierva demasiado, las grosellas se pueden quemar y el almibar puede ponerse demasiado espeso.  (Las grosellas deben ser grandesitas, si están pequeñas aun no están listas para comer.)

Esto se puede comer sólo, o puede vertirlo sobre mantecado.
Disfrútelo!!