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La Naturaleza me enseña

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Hace un mes, un grupo de Pavos Reales que viven en mi vecindario, decidieron acampar en mi casa. La Naturaleza siempre me enseña, en este caso, me enseño sobre la paciencia, el apoyo, y el apego. Una Hembra encontró el lugar perfecto para poner sus huevos en mi patio…el árbol que siempre abrazo. Durante más de una semana estuvo poniendo huevos, para un total de 12. Rápidamente quise controlar la situación, y pensaba: tengo que hacer una cerca? tengo que protegerla? tengo que darle comida? …se me olvidaba que la naturaleza es sabia, yo era una intrusa, solo debia dejarla estar y dejar que el proceso corriera.

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Un Pavo Real hembra se tarda aproximadamente 20 días en empollar huevos. Hice mis planes y avise que no podían recortar la grama hasta que empollara sus huevos. Durante ese mes, vinieron a visitarla otros Pavos Reales machos bien a menudo. Me dejaban observarlos y más curioso aun, me dejaron acercarme a ellos. Iban a visitarla y protegerla, pero no me consideraban amenzaza.

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Luego de los 20 días, llegó el tan esperado momento. 4 pequeñas aves salieron de sus huevos. Mi emoción desbordaba mi corazón. Tomé fotos de las aves con mi cámara y mi celular, las últimas de menor calidad, pero lo importante para mi era documentar. Quizás para otros este proceso es uno cotidiano, pero para mi era milagro de vida, y un regalo de la naturaleza. Por más de 20 días vi como la hembra no abandonó su nido, solo unos minutos al día para comer. 20 días dedicada bajo sol, lluvia y viento, a darle calor a los huevos para que vida naciera. Solo 4 lograron la entrada a este mundo.

Me sentí escogida, especial…estas aves viven libres en mi vecindario, pero usualmente pernoctan en la casa de un vecino con bastante terreno y el las alimenta. Ella salió de su entorno, no simplemente me visitó, escogió mi árbol para traer vida. Luego de dos días de los polluelos salir, no los escuché y me preocupe. Se habian marchado. Que pensaba yo? que se quedarían a vivir conmigo? que eran mios?…no, ellos son libres.

En una de mis caminatas para recolectar plumas en el suelo, pasé por la casa de mi vecino, y allí la divise, son sus 4 polluelos, viviendo la mejor vida que pueden tener.

Aprendí en este proceso de lo hermosa que es la naturaleza, y somos parte de esa naturaleza, hombre, flora y fauna, todos nos complementamos, no nos pertenecemos, pero nos alimentamos mutuamente. El milagro de la vida, de la Pachamama y sus secretos al descubierto. Que mucho sano con ella.

Gracias por leer la historia de mis pavos reales y por pasar por aquí!!!