Hace unos días leí una entrevista que le hicieron a Lisa Congdon, una artista e ilustradora a la que sigo. La entrevista es una serie de un proyecto personal de una fotógrafa y bloggera sobre distintas personas y la historia de sus tatuajes. Es interesante como cada individuo tiene una opinión sobre los mismos. Tatuajes, llevan siglos marcando la piel de los humanos, desde tradiciones culturales, rituales, formas de expresión, hasta arranques y locuras impulsivas y rebeldes de chiquillos de 18 años. Los tatuajes no son para todo el mundo, no todas las personas los aceptan, no todas las personas los entienden. Los tatuajes no definen a una persona, las acciones son las que definen al ser humano. El estigma del tatuaje es difícil para algunas sociedades.
Tengo 3 tatuajes, el primero me lo hice a los 23 años, grabando en mi piel un suceso y etapa que marco mi vida para siempre. Mis tatuajes son mis experiencias, como un calendario artístico y visual de lo que en mi vida sucede. Para mi, mis tatuajes son arte y una manera de expresarme. No necesito que me entiendan, no necesito que me estigmaticen, tengo poder sobre mi piel, tengo poder sobre mis acciones.
Hay quienes se los hacen por moda, y luego se arrepienten. Por eso debe ser una decisión genuina y con prudencia, aunque hay tatuajes (usualmente el primero) de los que siempre están arrepentidos y hay otros en el que la prudencia se quedó dormida en la casa. Independientemente, son parte de nuestro camino en la vida
Me gustan mis tatuajes, los miro y recuerdo, los miro y admiro, los miro y siento. Hace unos días una persona en un café me decía lo horrible que son los tatuajes y lo horrible que se verán cuando uno envejezca y la piel este arrugada y colgando, especialmente en la mujer (comentario discriminatorio además). Le contesté que marcarse la piel no era para todo el mundo, que era un estilo de vida. Cuando esté vieja y mi piel arrugada, los colores y los rastros de tinta en mis arrugas, me recordarán que siempre hice lo que me gustaba y con eso no le hice daño a nadie. Que mi vida esta llena de experiencias variadas, que mi piel y su apariencia es nada, comparada con mis acciones al prójimo, a mi familia y mi relación con Dios. Porque no me va a importar lo que piensen de mi, el que realmente me conoce...ese sabe, que mi tinta pertenece a mi alma.... Y el que me quiera condenar, no sabe lo que hace. La tinta en la piel, no hace un ser humano bueno ni malo, la tinta... es simplemente tinta.
En la entrevista, Lisa dice lo siguiente, y comparto su mismo pensar (la traducción le quitará la esencia, así que lo escribo en ingles)
" I think part of being human is figuring out how to express yourself in ways that feel authentic. We all do it in different ways. And tattoos are one form of expression. Tattoos are a funny thing when you think about them objectively, and I can see why some people would never want to get one — they are a huge commitment, and they are not appealing for everyone (in fact, they are not appealing for the vast majority of people). But for many of us they are deeply personal, extremely important daily reminders of who we are, where we come from, who we have loved, where we have been, and who we aspire to be. Sometimes I see older women with tattoos, and it makes my heart melt, because that is going to be me some day. I am going to be that old woman covered in tattoos. And that makes me happy. They are a visual history of me & the life I have lived." - Lisa Congdon
Fotos tomadas por mi hijo J.