En mi mundo de Pomarrosas, todo es mágico, vuelvo a ser una niña a la que le gustaba correr hacia el patio. No existían las responsabilidades ni las penas, todo era color de rosa...literalmente color de rosa, desde el cielo hasta el suelo…con las pomarrosas colgando en el árbol en la casa de mi abuela, y entre ellas los rayos de luz daban calor a mi sonrisa. El suelo rosado me invitaba a descansar y a dormir en él, soñar con un futuro tan lejano y maravilloso, merecedor de un libro en qué publicarlo. En el mundo de las pomarrosas no habían preocupaciones, sólo velar por las abejas que guardaban con celo su preciado oro. Cuanto daría por volver al mundo de las pomarrosas, por sentir su aroma en todo mi ser, aroma dulce y sutil, que calmaba cualquier angustia.
Aún hoy en día, al ver un árbol de pomarrosas me emociono como si tuviera 6 años, y vuelvo a ser esa niña que soñaba con un futuro lleno de colores...literalmente corro a poder tocarlas y tenerlas en mis manos. Con sólo un mordisco viajo a ese momento en el que el suelo rosa me cubría y cobijaba para darme calor...Dicen que los arboles nos llenan de energía, toda la naturaleza nos llena de energía, es lo más cercano a Dios y su maravillosa perfección. Y qué puede hacer una simple pomarrosa? Para mí, llenarme de felicidad, recordar los mejores momentos de mi niñez, ver donde mis sueños me han llevado, y lo que aún me falta por alcanzar. Aunque ya no soy una niña, mi mundo de pomarrosas es mi más preciado legado...
POMARROSAS
En las orillas de los viejos ríos,
que llevan sus corrientes rumorosas
por los bosques recónditos y umbríos,
nacen las pomarrosas
pálidas, escondidas y aromosas,
lejos del sol, como los versos míos....
En el suelo feraz, que al agua inunda,
yérguese el tronco en la raíz profunda,
al son perpetuo del raudal sonoro;
¡y absorbe, en cada poro,
el jugo que le nutre y le fecunda
y el resplandor de sus manzanas de oro!
Como los astros, al tocar su meta,
brillan las pomarrosas reflejadas
en el móvil cristal de la onda inquieta....
¡y como las granadas
y como las canciones del poeta
flotan sobre la tierra coronadas!
¡Oh, fruto, en que la flor se transfigura,
sin dejar de ser flor! ¡Tierna hermosura,
que la fragancia con la miel reparte,
y es perfume y dulzura
y símbolo, en que muestra la natura
la virginal maternidad del arte!
¡Cuán misterioso de la tierra el seno!
La sombra de la muerte se difunde
en el abismo, de amarguras lleno...
¡El tártago se hunde
y, en vez de néctar de la vida, infunde
y alza a la flor maléfica el veneno!
Mas, no la pomarrosa, que transmuta
en rica savia y en potencia fuerte
la ponzoña que infiltra la cicuta...
¡Así mi alma convierte,
como el arbusto de la blanca fruta,
la sombra en la luz y en la navidad la muerte!
¡Amor!, ¡Dolor!, ¡Corriente combatida!
¡Esperanza inmortal!, ¡Anhelo santo!
¡Ondas de mi alma y ondas de mi vida!
¡Fecundidad del llanto!
¡Renacimiento de la fe perdida!
¡Pomas del bien y rosas de mi canto!
¡Bendecid a las áureas pomarrosas,
que en las orillas de los viejos ríos
se elevan escondidas y aromosas!
¡Amad los desvaríos
del alma triste que, en los versos míos,
saca los frutos del abismo en rosas!
-JOSE DE DIEGO
Buen Fin de Semana!!!!