New York State of Mind…

 

New York, La Gran Manzana, la metrópolis encantada, llena de vida las 24 horas del día.  Hace unas semanas tuve la oportunidad de viajar nuevamente y acompañar a mis padres en una mini aventura por la gran ciudad.  Una vez más compruebo, lo mucho que me encanta esa ciudad, entre lo ecléctico del ambiente, la arquitectura, la comida y los interesantes personajes, los días nunca dan para terminar de verla y conocerla.

  
Esta vez decidí tomar un “Tour” a lo turista tradicional, mayormente porque mi papá estaba cansado de caminar y esta era una buena manera de ver la ciudad sobre ruedas.  Personalmente prefiero conocer un país en el metro o caminando, pero cuando uno anda con sus viejos, hay que facilitar la aventura.  Las guías turísticas me encantaron, una nacida y criada en Brooklyn, nos contó muchos detalles del sector y exhortó a conocerlo y visitarlo con más calma en un próximo viaje.  La otra guía parecía una hippie socialista sacada de una película de Woody Allen.  Nos contó como el Central Park inicialmente se hizo para los ricos, por su localización en Uptown Manhattan, de cómo creía que la estatua de Colón no debería estar en el Colombus Circle, porque él lo que hiso fue matar a los nativos, etc., etc.  


Ambas guías nos dieron detalles que no conocíamos, sobre todo de la arquitectura que es tan variada en la ciudad, dado los períodos que atravesó.  Mi época favorita creo que fue la de los “Cast Iron Buldings” que se realizó durante la Revolución Industrial.  Entre Uptown y el East Harlem vimos sinnúmero de templos, y catedrales típicas de Europa.  Entre ellas se destacaba la River Side Church, comisionada por Rockefeller, una iglesia de estilo Neogótico que hoy en día tiene un rol muy importante en el activismo, tengo que volver para visitarla detenidamente. 

No era la primera vez de mis padres en Nueva York, tenemos raíces en esa ciudad, como muchos otros puertorriqueños.  Por parte de madre, mi bisabuela y sus hijos, menos mi abuela porque se había casado ya, se fueron de PR a buscar mejor suerte a Brooklyn.  Allí aun tenemos a una tía, pero todos hicieron sus vidas en ese lugar.  Mi tío hasta un Deli tenía.  Otra de las tías realizó su vida en Queens, dónde aun tenemos un primo viviendo.  Por parte de padre la familia emigró de Puerto Rico al Bronx.  Fueron muchos los viajes que de pequeña hice allí.  Hoy mis primas ya no viven en el Bronx, se alejaron un poco a Yonkers y los suburbios, pero no dejan de visitar Arthur Avenue para comprar sus bagels.  La única parte de NY en  la que no tengo familiares es en Spanish Harlem (El Barrio) o East Harlem (o por lo menos, que tenga conocimiento), dónde fueron a vivir muchos puertorriqueños luego de La Primera Guerra Mundial, terminando la mayor inmigración luego de la segunda Guerra Mundial.  Esto es un tema muy interesante y pienso volver a NY a conocer más de “El Barrio”, su historia y su gente, puertorriqueños de sangre que a veces llevan más orgullo de su Patria que nosotros mismos que nacimos y vivimos en la Isla.


Ya no aguanto esperar al próximo viaje, dónde dedicaré mi tiempo a perderme en el museo Metropolitano.  ¿Y tú, has visitado a New York? ¿Cual lugar te gusto más?
Gracias por pasar por aquí…